Psicología en Español en Australia:

Terapia para Migrantes en Australia

Como terapeuta, enfrentar el desafío de proporcionar terapia a migrantes ha sido uno de los más enriquecedores de mi carrera. Personalmente, mi comprensión de la ansiedad era puramente teórica antes de embarcarme en mi propia travesía migratoria.

La magia de viajar radica en sumergirse en lo desconocido, en lo que yace más allá de nuestra realidad cotidiana. Es explorar nuevas experiencias, dar la bienvenida a recuerdos impregnados de diferentes aromas, sabores y colores. Viajar nos permite expandir tanto nuestra mente como nuestro espíritu, al reconocer que nuestra percepción de la vida es solo una entre muchas, y que la verdad es relativa a las circunstancias que nos rodean.

Sin embargo, cuando nos convertimos en parte de lo desconocido, todo cambia… todo se transforma en una nueva aventura. Aunque la idea de lo novedoso puede resultar emocionante al principio, la realidad de sumergirse en un mundo completamente nuevo, especialmente con un pasado arraigado y una historia forjada en otro rincón del mundo, puede ser abrumadora.

Muchos de mis pacientes, y tal vez incluso yo mismo, nos aventuramos en la experiencia migratoria impulsados por el espíritu del viajero. Esa sed insaciable de explorar culturas, de absorber conocimiento y sabiduría.

Otros llegan con un sueño en el corazón. Con la firme convicción de alcanzar metas y propósitos en tierras desconocidas; un anhelo de conquistar nuevos horizontes y materializar una visión.

En mi trabajo terapéutico, he tenido el privilegio de encontrarme con personas que migran como un acto de altruismo, con el objetivo de ofrecer un futuro mejor a sus seres queridos.

Independientemente del motivo que los impulse, creo que todos aquellos que emprenden el camino de la migración comparten una experiencia común: el desafío de transformar lo desconocido, inicialmente emocionante, en una nueva realidad. Es como llegar a una tierra de nadie, donde la identidad previamente construida se desvanece y te enfrentas al desafío de reinventarte en un nuevo contexto.

Sin embargo, como la identidad ya existía, se produce un fenómeno disrruptivo, donde debes reconstruir desde cero para ser contemplado por lo que ya eres.. o lo que creías ser, en un mundo que no conoces, y que no juega con las mismas reglas que ya conocías.

La diferencia en el lenguaje, en las formas de concebir la realidad, los modos de comunicarse, las normas de vida son en muchos casos inmensamente distintos, pero en orden de sobrevivir se debe luchar. luchar por lograr ser quien eras o quien quieres ser en el medio de lo desconocido.

Sin duda alguna esto invita a la ansiedad como trastorno y su sintomatología a presentarse. Manos temblorosas, caída del pelo, dermatitis y ecsema, atracones de comida, etc., son sólo algunos de los sintomas que he visto en mis pacientes. El cuerpo nos grita lo que la mente debe callar en orden de sobrevivir en el nuevo mundo.

Esto sin contar con la depresión que a veces aconjoga. la nostalgia de haber dejado a quienes queremos. Los amigos y la familia, o quien sabe, incluso los panecillos de la abuela en un día domingo.

Para ser inmigrante, se requiere valentía, o como dirían los argentinos “hay que tener huevos”, porque el dolor y la nostalgia existen permanentemente (a veces lo sentimos más, otras veces menos, y a ratos incluso se olvida pero es una nueva condición con la que aprendemos a convivir.

En medio de este desafío, también surge la oportunidad de reconstruir nuestra identidad. La experiencia de la migración nos confronta con la necesidad de elegir quiénes queremos ser en este nuevo contexto. Nos enfrentamos a la tarea de reconciliar nuestra historia y nuestras raíces con las realidades del presente, navegando entre diferentes culturas, idiomas y formas de vida.

En este proceso de reconstrucción de identidad, cada elección que hacemos se convierte en un acto de afirmación de nuestro ser. Desde la comida que elegimos disfrutar hasta los idiomas que decidimos aprender, estamos constantemente definiendo y redefiniendo quiénes somos en este mundo cambiante. A través de esta búsqueda constante, encontramos la fortaleza para adaptarnos a nuevas circunstancias y abrazar la diversidad que enriquece nuestras vidas como inmigrantes.

Sin duda alguna, en base a mi experiencia, y las de mis pacientes, el acompañamiento psicológico esde mucha ayuda (en algunos casos escencial), y ciertamente lo recomiendo. A través de la terapia puedes irte conocimiento en mayor profundidad, eligiendo de manera más sabia en quién quieres convertirte en base a tus experiencias personales y los objetivos que tengas en este nuevo capítulo de tu vida.

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